Tocando el pulso del paciente, hundiendo los dedos en su cuerpo o mirando los colores de su lengua son suficientes para que Mikel Hamin haga su diagnóstico.
“Es un doctor grandioso, me curó de un ojo cuando los otros no pudieron” dice Subhana Munajj paciente de Mikel hace 5 años.
Este acupunturista de considerable estatura, visita a los pacientes en sus casas. Llega conuna camilla y un maletín de cuero, que da la impresión de estar frente a un doctor extraído de cuento de antaño.
Su voz pausada acompañada de unos movimientos calmos de su cuerpo hacen que el paciente se sienta cómodo y le cuente también de sus preocupaciones. “Me tocó la muñeca y me dijo, que eso que te estresa tanto?” según Subhana Munajj, era cierto que en eso momento tenia una preocupación adicional relativa a su hijo.
Los 18 años de práctica de acupuntura y hierbas curativas, son los que han llevado al doctor Hamin a adquirir esta precisión.
Los 18 años de práctica de acupuntura y hierbas curativas, son los que han llevado al doctor Hamin a adquirir esta precisión.
El es musulmán y paradójicamente, la acupuntura llegó a su vida junto con un importante acontecimiento religioso. En 1988, pudo ir a La Meca y cumplir con la visita que todo practicante del Islam debe hacer, por lo menos una vez en su vida. “Al volver de mi peregrinaje tenia mi sistema inmunológico muy débil, un amigo que tenía noción de hierbas chinas me ayudó”. Esa fue su primera noción de botánica china, después comenzó a leer sobre medicina oriental y a interesarse aun más.
Después de 4 años de estudios, se graduó de la Escuela de Medicina China Tradicional, ubicada al norte de Miami. De sus años de estudiante recuerda un trabajo con enfermos de Sida. “para ese entonces los tratamientos no eran muy buenos y nuestro grupo logró alargar el tiempo de vida de muchos”. Diaiah Bisabire, quien padece de diabetes hace años, confía en Hamin, “solo hago lo que él me dice, no veo a otro doctor y estoy muy bien” agrega.
El Islam no tiene conflicto con la acupuntura. Según explicó Hamin en una de las Syuras, o relatos de la vida del profeta Mohammed, se describe una de las técnicas de acupuntura que básicamente es el empleo de una copa especial que se pone en la cabeza para canalizar energía.
Mikel tiene pacientes de todas las convicciones religiosas, “pienso que hay un solo Dios no uno especial para cristianos, otro para judíos, otro para musulmanes, no, es el mismo para todos”.
Su propósito es servir, “en la casa, nos atiende a todos, inclusive a la esposa de mi hijo” dice Afrah Hamin, su esposa. De los sucesos que mas la han asombrado de Mikel Hamin como médico es el caso de una hermana de la Mezquita que quería tener un hijo pero había tenido solamente embarazos infructuosos; después de 6 meses de tratamiento de acupuntura, pudo quedar embarazada y ahora el niño tiene 7 años de edad. “Mi esposo ama lo que hace al punto que se preocupa por los demás y se olvida de el mismo”.
El que se acerca a Hamin encuentra un consejo, “la primavera
es una excelente estación para la limpieza” dice el doctor, “si tiene dolor de cabeza hay que masajear la región entre el pulgar y el índice con un poco de presión y después hacerlo en la otra mano” son algunas de sus recomendaciones
Los instrumentos que no faltan en su maletín de trabajo son el aceite de flor blanca para aliviar dolores; una barra de Moxa, hierba china para remover dolores y congestión y las agujas que pone en el cuerpo de sus pacientes dependiendo sus molestias.
Si hace una cita con el doctor Hamin no le extrañe si la consulta dura cerca de una hora, usted esta frente a un especialista muy particular, que como los de antaño consideran que hay que dedicarle tiempo al paciente para conocerlo y poder curarlo con mayor precisión.
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